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lunes, 14 de mayo de 2012

Seguridad social para trabajadores culturales no dependientes: ¡POR FIN!...


¡Victoria popular! Después de años de lucha, escritos, asambleas, peleas y marchas, por fin los cultores, artistas, artesanos y trabajadores culturales no dependientes nos sentimos reivindicados, a través de la última reforma de la Ley del Seguro Social. Y, como siempre, tenía nuestro Presidente Chávez que alzar la voz para que la ley se cumpliera. En el caso de los trabajadores por cuenta propia, en general, y de los trabajadores culturales, en particular, teníamos años exigiendo nuestro derecho legítimo a la seguridad social, derecho universal garantizado por nuestra Constitución (artículos 86 y 100), nuestra Ley Orgánica de Seguridad Social (artículos 4 y 66) y la Declaración Universal de Derechos Humanos (artículo 22). A partir del año 2010 se intensificó esta lucha, a partir de las discusiones y manifestaciones públicas organizadas por la Asamblea Revolucionaria Cultural Permanente (ARCP) y el Comité por la Seguridad Social de Trabajadores Culturales No Dependientes, en torno a nuestra seguridad social y a la Ley Orgánica de Cultura (aún en discusión). Fuimos a la Sub-Comisión de Cultura y a la Comisión de Desarrollo Social de la Asamblea Nacional, al Ministerio del Trabajo y al Instituto Venezolano de los Seguros Sociales para reclamar este legítimo derecho, pero siempre chocamos contra la misma indiferencia. Más allá de la inoperancia de las instituciones involucradas, aplaudimos, pues, la tan esperada reforma de la Ley del Seguro Social, en particular de su artículo 6, y la Nueva Ley Orgánica del Trabajo, que nos concede, a los trabajadores, nuevos y legítimos derechos.
Sin embargo, aún quedan dudas y problemas por resolver. Entre ellos, los que se refieren a nuestras cotizaciones y a nuestras prestaciones sociales. En el caso de los trabajadores culturales, efectivamente, el monto que se nos exige en cuanto a las cotizaciones que tendremos que aportar al Seguro Social sigue siendo tema de discusión: según declaraciones del Señor Carlos Rotondaro, Presidente del Instituto Venezolano de Seguros Sociales (IVSS), publicadas en el diario Ciudad Caracas el día 26.04.2012, los trabajadores por cuenta propia tendrán que aportar el 13% de sus ingresos, lo que representa el aporte salarial (4%) y el aporte patronal (11%). Como trabajadores culturales, no deberíamos ser considerados como patronos y, por lo tanto, no deberíamos aportar la cotización patronal. En el año 2011, en la convocatoria a una de nuestras asambleas (la del 09.04.2011), realizada en el Liceo Fermín Toro, lo escribíamos claramente: una de nuestras exigencias era precisamente “la exoneración de la cotización patronal (pues no somos patronos sino trabajadores por cuenta propia)”.
Por otra parte, en ninguna de las declaraciones que han realizado los altos funcionarios públicos después de la aprobación, en Consejo de Ministros (24.04.2012), del Decreto que reforma el artículo 6 de la Ley del Seguro Social, se han aclarado con precisión cuales son las prestaciones sociales que recibiremos a cambio de nuestras cotizaciones. No se sabe, a ciencia cierta, si estas cotizaciones nos abrirán derecho única y exclusivamente a la pensión de vejez o si, al contrario, nos permitirán acceder a todas las prestaciones que nos corresponde, por ley, es decir “maternidad, paternidad, enfermedad, invalidez, enfermedades catastróficas, discapacidad, necesidades especiales, riesgos laborales, pérdida de empleo, desempleo, vejez, viudedad, orfandad, vivienda, cargas derivadas de la vida familiar y cualquier otra circunstancia de previsión social” (artículo 86 de nuestra Constitución).
Quedan, pues, intactas estas dos reivindicaciones, como trabajadores culturales no dependientes: la exoneración del aporte patronal y el beneficio de todas las prestaciones sociales. Sólo cuando alcancemos estos dos objetivos es que podremos darle plenamente sentido a nuestra práctica ancestral, la cayapa, que coincide con el principio de solidaridad universal (base de la seguridad social) según el cual cada uno aporta al bien colectivo según sus capacidades; y le daremos vida real al principio zapatista: “uno para todos y todos para uno”.

Comité por la seguridad social de trabajadores culturales no dependientes. Mayo de 2012

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