La masacre de la Flotilla Libertad para Gaza: el nuevo mordisco del perro rabioso
La agresión en contra de la embarcación con ayuda humanitaria del movimiento “Free Gaza” (Libertad para Gaza) hoy lunes 31 de Mayo es un ataque completamente injustificado en contra de un barco con ayuda humanitaria, resultando de este ataque por lo menos 10 muertos -Los “amigos” de Israel, tanto en Europa como en los EEUU, tendrán graves dificultades esta vez para lavar las manos ensangrentadas del sionismo.
“Israel debe ser como un perro rabioso, demasiado peligroso como para ser molestado”
¡Qué manera más precisa para resumir la naturaleza del Estado israelí, que la comparación con un perro rabioso hecha alguna vez por el militar sionista Moshe Dayan! Desde hace seis largas décadas el Estado de Israel desgarra con sus mordiscos hidrofóbicos el corazón del Medio Oriente, desplazando, bombardeando, asesinando, torturando, violando y amenazando. Su rol es el del fiel perro guardián que protege violentamente los intereses de sus amos en Washington y Tel Aviv.
Este perro rabioso no se detiene ante nada: falsifica pasaportes de sus “amigos europeos” para que sus agentes puedan desplazarse como turistas por Oriente Medio asesinando a dirigentes palestinos; utilizan a vista y paciencia de todo el mundo armas químicas prohibidas como el fósforo blanco en contra de objetivos civiles; imita la “planificación urbana” nazi-fascista convirtiendo los enclaves palestinos en verdaderos ghettos amurallados; hambrea a la población de Gaza con un bloqueo criminal; amenaza constantemente con una guerra de proporciones apocalípticas a Irán; bombardea escuelas repletas de chiquillos que son despedazados con brutal sadismo.
Con cada nueva agresión la cara real del Estado racista, terrorista y colonialista de Israel se hace cada vez más nítida y los indecisos se ven forzados a tomar posición o seguir justificando lo injustificable.
Pero la agresión en contra de la embarcación con ayuda humanitaria del movimiento “Free Gaza” (Libertad para Gaza) hoy lunes 31 de Mayo es sin lugar a dudas la gota que rebasó el vaso. El ataque completamente injustificado en contra de un barco con ayuda humanitaria, resultando de este ataque por lo menos 10 muertos, es algo sencillamente una abominación increíble [1]. No es que sea la primera vez que Israel bombardea a quienes llevan ayuda humanitaria. Recordemos que durante la agresión a Gaza a fines del 2008 y comienzos del 2009 ya habían bombardeado camiones e instalaciones con ayuda humanitaria de la Cruz Roja y de la ONU. Pero como tales actos ocurrieron en medio de violentos bombardeos, la coartada del error, del “daño colateral”, se pudo esgrimir sin ocasionar mayor escándalo ante la hipócrita “comunidad internacional”. Pero la agresión en contra de esta flota humanitaria es algo verdaderamente injustificable: fue un ataque artero, alevoso, cobarde, en contra de una embarcación civil que no representaba ninguna amenaza a las fuerzas israelíes. Cierto es que salieron inmediatamente a decir que esta masacre fue respuesta a agresiones de la embarcación humanitaria –pero esas explicaciones torpes ya no convencen a nadie.
Los “amigos” de Israel, tanto en Europa como en los EEUU, tendrán graves dificultades esta vez para lavar las manos ensangrentadas del sionismo.
¿Obama? Obama “lamenta” esta masacre, por supuesto, pero no la condena. Los EEUU llevan seis décadas entregando condolencias al pueblo palestino, lamentando los innumerables actos teroristas del sionismo, mientras la corrupta autoridad palestina es satisfecha con prebendas y promesas de un futuro Estado sectario. El secretario de asuntos exteriores británico William Hague, utilizando un lenguaje conciliador semejante al de Obama, “deplora” este nuevo acto de violencia gratuita, apresurándose a decir que su posición es la de no recomendar acciones como la de esta flota humanitaria por los “riesgos” que enfrentan – declaración que, aún cuando no sea una condena de Israel, constituye un reconocimiento implícito de la naturaleza terrorista del Estado de Israel.
Mientras tanto, el Consejo de Seguridad de la ONU está en sesión por este acontecimiento, bajo una creciente presión de diversos países del mundo que reclaman una condena e investigación independiente. Las condenas ya han comenzado a llover desde Latinoamérica a Asia, con ejercicios militares y giras diplomáticas suspendidas, con amenazas de cortar relaciones diplomáticas, aún cuando los siempre “cautelosos” amigos del Norte quieran seguir haciéndose los bobos. La reacción más dura ha sido de momento proveniente de Turquía, país de origen de la mayoría de las víctimas de esta agresión. Entre otras cosas, hay presión hacia el Consejo de Seguridad para que tome las medidas necesarias para levantar el bloqueo a Israel –considerando la tradicional tolerancia de occidente a los actos más criminales y odiosos del sionismo (con la Unión Europea incluso reforzando los lazos comerciales con Israel con posterioridad a la carnicería de Gaza sin ninguna vergüenza), es difícil pronosticar en qué terminará todo esto.
Lo cierto, es que con esta nueva agresión Israel demuestra, una vez más, su naturaleza terrorista, belicosa y militarista, y al parecer la tolerancia del mundo ante sus crímenes ya comienza a acabarse. Sabemos que los propagandistas baratos del sionismo comenzarán a agitar nuevamente el cuco del “anti-semitismo” para tratar de desviar la atención de la masacre y evitar la crítica a sus acciones guerreristas. Pero ya a nadie importan los aullidos del perro rabioso. Y aunque Europa y los EEUU sigan haciendo oídos sordos ante los hallazgos del informe Goldstone sobre crímenes de guerra israelíes y boicoteando sus recomendaciones; aún cuando sigan manteniendo un vergonzoso silencio ante estas atrocidades, cada vez son más las voces que comienzan a cuestionar el tema tabú del “derecho a la existencia de un Estado sectario judío”. Mientras subsista este Estado colonialista, no habrá paz en Medio Oriente. La paz solamente será posible con la unificación de todos los pueblos del Medio Oriente (incluidos los judíos) en una amplia federación que dé la espalda a la herencia de las particiones coloniales. Israel es una enorme piedra en el zapato para ese proyecto –y la liberación del pueblo palestino es una pieza clave para alcanzar la armonía en una región hasta ahora caracterizada por la violencia ciega inducida a control remoto por el imperialismo.
La peligrosidad del perro rabioso no puede ser subestimada, como lo recuerdan recientemente las amenazas de boicotear las iniciativas en base al Tratado de No Proliferación Nuclear para alcanzar un Medio Oriente sin armas nucleares [2]. Mientras este perro aúlla a la luna por los supuestos planes nucleares de Irán, pasa por alto que el país del Medio Oriente que efectivamente tiene armas nucleares (al menos 150 ojivas según Jimmy Carter) son ellos, Israel. Y no es que sencillamente no estén dispuestos a deshacerse de este arsenal –han dejado en claro que están dispuestos a utilizarlo en más de una ocasión, y han buscado compartir este peligroso armamento con otros países con regímenes de ultraderecha demencial como la Sudáfrica de épocas del Apartheid (con la cual Israel ha sido comparada recientemente) [3].
No nos olvidemos que un perro rabioso ni oye razones ni se asusta con resoluciones de organismos internacionales. Un perro rabioso debe ser, ante todo, controlado mediante la fuerza: en este caso, mediante la lucha de los mismos palestinos que día a día desafían al segundo ejército más poderoso del mundo. Que el horror que ya comienza a convertirse en protestas masivas en todo el mundo ceda el paso a lo que verdaderamente necesitamos hoy por hoy: solidaridad activa con la resistencia palestina. Solidaridad activa con la causa de la liberación del pueblo palestino.
José Antonio Gutiérrez D.
31 de Mayo, 2010
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