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martes, 21 de junio de 2011

Fabricio Ojeda Vive...




Fabricio Ojeda fue asesinado por ser una luminaria en la lucha revolucionaria
Ojeda fue presidente de la Junta Patriótica que derrotó la dictadura de Marcos Pérez Jiménez el 23 de enero de 1958. Este revolucionario trujillano fue un apóstol de la causa popular y un activo luchador social comprometido con la igualdad y justicia entre los seres humanos. Fue asesinado el 21 de junio del año 1966 por el Servicio de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (Sifa).

Un día como hoy, domingo 21 de junio del año 1966, fue asesinado por el entonces Servicio de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (Sifa), el revolucionario trujillano, Fabricio Ojeda.

Para la 'Derecha' de ese entonces, Ojeda era un factor perturbador, porque todo el que iba a visitarlo a la celda donde pagaba una condena de 18 años, recibía un buen flujo de información, desde el punto estratégico en la lucha social revolucionara, por lo tanto “no era bueno ni conveniente tenerlo vivo”.

Luego de asesinarlo vilmente, dijeron que se había suicidado porque eran muchos los años que iba a pasar en la cárcel. Aunque dijeron que se había ahorcado, la autopsia determinó que no; Fabricio fue torturado y luego lo colgaron.


Hoy, a 43 años de su muerte, Fabricio Ojeda es recordado por el pueblo de Boconó, en el estado Trujillo, lugar donde nació el 6 de febrero 1929. Ojeda fue presidente de la Junta Patriótica que derrotó la dictadura de Marcos Pérez Jiménez el 23 de enero de 1958.

Diputado por el Distrito Federal en el extinto Congreso Nacional, decidió abandonar su curul el 30 de julio de 1962 para tomar las armas e irse al combate en las montañas.

Este revolucionario trujillano fue un apóstol de la causa popular y un activo luchador social comprometido con la igualdad y justicia entre los seres humanos. Admirador de la Revolución cubana y fundador de la Fuerza Armada de Liberación Nacional (FALN).

Fabricio fue detenido y sentenciado por un consejo de guerra a 18 años de prisión por rebelión militar y en 1966 fue asesinado y su consigna era luchar hasta vencer. Ojalá el ejemplo de este revolucionario ejemplar fuera considerado por los actuales calentadores de puestos en la Asamblea Nacional.

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